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jueves, 21 de marzo de 2024

PERELMÁN, EL ÚLTIMO MATEMÁTICO PURO.

 

Grigori «Grisha» Yákovlevich Perelmán . Nació en 1966 en la Unión Soviética, en la que por entonces se seguía llamando Leningrado, la actual San Petersburgo.  Un niño especial, hijo de padres judíos. Su madre, a pesar de renunciar a su carrera por el cuidado de sus hijos,  era una buena matemática y esa cualidad se la transmitió a su hijo Grigori.

Desarrolla su carrera con normalidad gracias a personas que lo protegieron y consiguieron que fuera admitido en la discriminatoria Facultad de Matemáticas de la Universidad de Leningrado, que solo aceptaba a dos judíos al año. Lo lograron haciendo que Perelmán formara parte del equipo olímpico ruso de matemáticas, ya que sus miembros ingresaban automáticamente en la Universidad que eligieran. Grisha no solo lo consiguió, sino que logró un extraordinario resultado en las Olimpiadas de Budapest de 1982: cuarenta y dos problemas resueltos de un total de cuarenta y dos. Obtuvo la medalla de oro como miembro del equipo de la URSS.

 Tras salir del instituto y entrar en la Universidad de Leningrado, donde obtuvo su doctorado, las ofertas de otras universidades, sobre todo occidentales, pues el muro del Berlín ya había caído, no fueron escasas.


Realizó contribuciones históricas a la geometría riemanniana y a la topología geométrica. Demostrando la conjetura de geometrización de Thurston, con lo que se logró resolver, la conjetura de Poincaré, propuesta en 1904 y considerada uno de los problemas abiertos más importantes y difíciles en matemáticas.
De forma extraordinariamente simplificada —tanto que cualquier matemático que lo lea, es posible que se lleve las manos a la cabeza,  esta conjetura se pregunta si podemos transformar cualquier geometría tridimensional (sin agujeros) en una perfecta esfera. La prueba matemática de que esto, sea así, se le resistió a las mentes más brillantes de este campo de las matemáticas durante casi 100 años. Para llegar a una solución, no solo era necesario el avance de otros campos de las matemáticas ,y los nuevos descubrimientos que esto conllevaba, sino también una mente privilegiada.

En agosto de 2006, se le otorgó a Perelmán la Medalla Fields  por «sus contribuciones a la geometría y sus ideas revolucionarias en la estructura analítica y geométrica del flujo de Ricci». La Medalla Fields  es considerada el mayor honor que puede recibir un matemático. Sin embargo, él declinó tanto el premio como asistir al Congreso Internacional de Matemáticos.  El presidente de la Unión Matemática Internacional, se dirigió a Perelmán   para persuadirlo de que aceptara el premio. Después de 10 horas de persuasión durante dos días, se rindió. Dos semanas más tarde, Perelmán resumió la conversación así: Él me propuso tres alternativas: acepta y ven; acepta y no vengas, y te enviaremos la medalla luego; tercero, no aceptes ni vengas. Desde el principio le dije que había escogido la tercera. Siguió diciendo que el premio era completamente irrelevante para mí. Todo el mundo entiende que, si la demostración es correcta, entonces no se necesita ningún otro reconocimiento.​

El 18 de marzo de 2010, el Instituto de Matemáticas Clay  anunció que Perelmán cumplió con los criterios para recibir el primer premio de los problemas del milenio de un millón de dólares por la resolución de la conjetura de Poincaré. Tras rechazar dicho premio, declaróNo quiero estar en exposición como un animal en el zoológico. No soy un héroe de las matemáticas. Ni siquiera soy tan exitoso. Por eso no quiero que todo el mundo me esté mirando.

Tras estos golpes que la comunidad matemática le profirió (la entrega de premios), Perelman,  uno de los mejores matemáticos que han existido, abandonó tanto su trabajo en el Instituto Steklov como las matemáticas en su totalidad. El medio estadounidense The New Yorker consiguió entrevistarle en el año 2006. En esa entrevista, Perelman afirmaba su descontento con los estándares éticos del campo de las matemáticas. En concreto, como se especifica en el reportaje, parece que uno de sus principales problemas fue que otro ganador de la medalla Fields, el matemático chino (ahora estadounidense) Shing-Tung Yau, menospreció de forma intencionada a Perelman para aumentar el valor del trabajo de colegas suyos.

No puedo decir que esté furioso. Hay personas que hacen cosas peores. Claro está, hay matemáticos que son más o menos honestos, pero casi todos ellos son conformistas. Toleran a los que no son honestos. No es la gente que rompe los estándares éticos y morales a los que se considera raros, sino a las personas como yo que estamos aisladas, dijo Perelman.

Luego dejó de hablar con los medios, anunció que dejaba su profesión y se retiró para vivir con su madre en un modesto apartamento, del que dicen que sólo sale a comprar víveres y de vez en cuando asiste a la ópera y a conciertos de música clásica.

Perelman, a su pesar, se convirtió en un icono. Aunque  abandonó la vida pública,  pasó a ser una celebridad underground en San Petersburgo, con pseudo-paparazzis acosándole y robándole fotos, hasta que su pista se enfrió

 Posteriormente, reapareció con su característica imagen en el metro de San Petersburgo. Por supuesto, su legión de fans (con los que no desea tener el más mínimo contacto) se hizo eco de su reaparición. Un auténtico mártir (metafórico) de las ciencias puras. Actualmente, está retirado de las matemáticas. Las últimas noticias que se tenían de él era una foto suya tomada el 20 de junio de 2007 en el metro de San Petersburgo.

En abril de 2011 concedió una entrevista y en septiembre, se supo que el matemático se negó a aceptar la oferta de convertirse en miembro de la Academia de Ciencias Rusa. Sin embargo, en abril de 2011 concedió una entrevista.

Una de las mejores mentes del siglo XXI acabó tan descontento por la falta de brújula moral de su campo que renunció a todo lo que había conseguido. Es, en muchos sentidos, el último científico 'puro'

 PARA LOS MÁS CURIOSOS

 Perelman admitió que quizás el problema más difícil de resolver, en sus años de juventud, fue calcular la velocidad con la que Jesucristo tendría que haber caminado sobre la superficie del agua para no hundirse.

La figura de Perelmán ha inspirado distintas obras literarias, como la novela La conjetura de Perelmán (2011) de Juan Soto Ivars.

CON MOTIVO DE LA SEMANA SANTA VOLVEMOS EN 15 DÍAS. 

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