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miércoles, 2 de marzo de 2022

CONTANDO CON LOS ANIMALES



Hay mucha literatura tanto divulgativa como científica sobre si los animales saben contar. Por ejemplo, en la literatura divulgativa se dice que los cuervos son muy inteligentes incluso son capaces de reconocerse a sí mismos ante un espejo. Pueden además recuperar comida a la que se accede mediante un artilugio como  tirar de una cuerda, desenganchar un alambre o cosas así.

 Se cuenta que un cuervo anidó en una torre y el propietario de la misma intentó deshacerse de él. Intentó entrar a por él pero siempre se le escapaba. El cuervo esperaba siempre fuera hasta que lo veía salir. Así, ocurrió varias veces hasta que el hombre decidió ir acompañado. Pasado un rato, uno de los dos, salía pero el cuervo esperaba siempre hasta que salieran los dos. La prueba se repitió hasta con cinco personas y solo en este caso, cuando salieron los cuatro y uno quedó dentro, el cuervo volvió a la torre. Así pues, el cuervo distinguía entre dos, tres y cuatro pero no llegaba a cinco.

En el campo científico Andrea Nieder, afirma  que es la primera vez que se encuentran neuronas numéricas en el cerebro de un animal no primate”(ver artículo que se reseña al final). Es decir, que las habilidades aritméticas de estas aves tienen una base neuronal muy similar a la nuestra a pesar de que el cerebro de las aves es muy diferente al de los mamíferos. El biólogo aclara que esto no quiere decir que un cuervo pueda contar hasta diez, pero sí estimar cantidades de forma aproximada con bastante precisión.

Para Nieder estas semejanzas resultan sorprendentes: tanto las aves como los primates han adoptado, de forma independiente y diferente, mecanismos neuronales similares para interpretar las cantidades. Esto implica que los principios numéricos están profundamente enraizados en nuestra biología.


De todas formas ha habido siempre mucha literatura y picardía en esto de contar de los animales. Es decir,  que no es todo oro lo que reluce.

En 1891 un profesor de escuela alemán jubilado, Wilhelm von Osten, se puso a enseñarle matemáticas a su caballo Hans. Respondiendo mediante patadas al suelo, el corcel comenzó con sumas y restas básicas y luego aprendió operaciones cada vez más complicadas, incluyendo multiplicaciones y divisiones, restas de dos dígitos e inclusive fracciones.

Su fama se fue extendiendo por Europa, donde multitudes asistían en masa para verlo. Finalmente, el consejo de Educación alemán decidió investigar el caso creando la comisión Hans, encabezada por un psicólogo, Oskar Pfungst.

En pruebas repetidas se reflejó algo sospechoso: la persona que hacía la pregunta al caballo tenía que saber la respuesta. Pfungst terminó demostrando que Hans respondía a pistas no verbales que le proporcionaba su interrogador. Pero eso no impidió que éste siguiera recorriendo Europa con su caballo... Puede que el caballo Hans fuera muy inteligente. Pero contar, lo que se dice contar, no contaba.

 PARA LOS MÁS CURIOSOS

Helen M. Ditz and Andreas Nieder . Neurons selective to the number of visual items in the corvid songbird endbrain. PNAS June 23, 2015 112 (25) 7827-7832; first published June 8, 2015; https://doi.org/10.1073/pnas.1504245112 

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